Los compresores fríos son una herramienta clave para disminuir inflamación, reducir dolor y acelerar los procesos de recuperación después de lesiones agudas o sobrecargas. A diferencia del hielo tradicional, mantienen una temperatura estable y segura, evitando irritación o quemaduras.
Los pacientes suelen preguntar si realmente hay diferencia entre esta técnica y aplicar frío en casa. La respuesta es sí: la constancia y regulación térmica permiten un efecto antiinflamatorio más profundo y sostenido. Se utilizan como parte de un plan de tratamiento integral, especialmente en lesiones recientes o inflamaciones persistentes.