El cuerpo es una construcción, es decir, esta mediado por discursos, imágenes, mandatos y presiones sociales que están inscriptas en nuestra cultura. Cuando nos referimos a la palabra “estereotipos” se remite a una idea, modelo de cualidades o conductas que son estandarizadas y replicadas por un grupo social.
En el caso de los cuerpos existen estereotipos asociados a la belleza, la salud, la vida deportiva y al éxito de la vida social en general.
Los cuerpos CAMBIAN:
- Con la edad
- Con los momentos biológicos (embarazo, menopausia, adultez, etc.)
- Con nuestro estado de ánimo, con nuestro entrenamiento y
- Con nuestro estilo de vida.
Pensar un cuerpo ideal, es algo descabellado pensando que nuestro cuerpo va a mutar y está bien que así sea. Si seguimos esperando que este “cuerpo ideal” llegue nos vamos a perder la posibilidad de disfrutar de nosotros a lo largo del camino.
Hoy les propongo algo distinto, (re)pensemos los comentarios que normalizamos y decimos cotidianamente a otras personas y a nosotros/as mismos/as, donde sin querer, porque nunca lo hacemos desde un lugar de maldad, generamos una disconformidad o una incomodidad
- “Tengo que entrar en el vestido para el cumple del sábado”
- “Para el verano me gustaría tener X peso”
- “Viste como esta pepita? Subió muchísimo de peso”
- “Estas bien? Tan flaquita pareces enferma”
- “Te duelen las rodillas? ¿Te duele la espalda? ¿Te duele el dedo del pie?, tendrías que bajar de peso, te lo digo por tu bien”
PENSEMOS UNO POR UNO ESTOS COMENTARIOS....
1. “Tengo que entrar en el vestido para el cumple del sábado”
La ropa nos tiene que entrar, no nosotros a la ropa. Argentina es uno de los países con mayores problemas en los talles. Los talles no representan la heterogeneidad de los cuerpos, esto influye directamente en nuestra autoestima, ya que la ropa que nos gustaría usar puede que no consigamos la que nos quede bien en los lugares de más fácil acceso, como el centro de tu ciudad, o el shopping, o de las marcas mas conocidas, donde los talles van del “talle único” a falsos XL donde hay muy poca diferencia entre cada uno de ellos.
Para muchas personas ir a probarse ropa a un local es una situación estresante, y donde muchas veces se sienten discriminadas por su cuerpo. En este marco es importante volver a recalcar. TU CUERPO NO TIENE NADA DE MALO. ES LA INDUSTRIA DE LA MODA Y LOS TALLES ANORMALMENTE CHICOS.
Hay leyes y estudios que amparan, espero que cuando leas esto, la situación haya cambiado un poco, pero hasta entonces una forma de atravesar esta situación es buscar emprendimientos, marcas que realmente respeten la ley de talles y ofrezcan opciones que te agraden y vayan con vos, de esta forma no solo tu experiencia de compra va a mejorar (pensar en comprar ropa como algo negativo) sino que vas a encontrar ropa que se adapte a tu cuerpo, y vas a consumir productos de una industria que hace un esfuerzo importante por ser distinta a las demás (invertir en estos espacios hace que estos espacios crezcan).
Cambiamos el tengo que entrar en el vestido, a “voy a buscar un vestido que me guste como me quede”. En la primera hay restricción, mensajes de odio hacia nosotros/as y puede acompañarse de una red flag para desencadenar un trastorno alimentario, en la segunda, hay una aceptación individual, una búsqueda desde el amor propio, nada cambia en mis elecciones diarias.
2. “Para el verano me gustaría tener X peso”
Todos los cuerpos se van a la playa. Para que tu mochila de verano pese menos recordá:
Tu cuerpo está bien.
Nadie tiene porque hablar de un cuerpo ajeno, en caso de que lo hagan es un problema de la otra persona, no tuyo.
Disfruta de las vacaciones sin presiones. No hace falta que hagas dietas locas.
Carga el bolso de playa con las cosas importantes: agua, fruta, mantita para la playa y algún libro interesante para desconectarte. Este verano los prejuicios ajenos quedan en casa 😉
3. “viste como esta pepita? Subió muchísimo de peso” “Estas bien? Tan flaquita pareces enferma”
Tanto en redes sociales como en la vida offline pensemos antes de opinar sobre el cuerpo de alguien. Te proponemos que apliques una regla fácil.
¿La persona va a poder cambiar lo que le vas a decir en menos de 5 segundos? ¿Tiene una mancha de chocolate en la cara o se le ha quedado un trozo de espinaca en el diente? Entonces díselo, la persona podrá solucionarlo al instante.
¿Lo que le ibas a decir sobre su cuerpo no va a poder cambiarlo en 5 segundos: complexión, estatura, peso, acné? Quizás entonces mejor podemos ahorrarnos comentarios u opiniones que no nos han pedido.
Además, entendamos que las personas no solo no nos pidieron esa opinión, sino que nuestra opinión esta liada a lo que consideramos que es un “cuerpo ideal”. No estamos atendiendo la individualidad de cada persona y cada cuerpo en sí. Disfruta de la compañía de alguien, acepta a la otra persona por lo que es: sus valores, su personalidad, su humor, no por su cuerpo.
4. “Te duelen las rodillas? ¿Te duele la espalda? ¿Te duele el dedo del pie?, tendrías que bajar de peso, te lo digo por tu bien”
El peso no es un índice de salud. De hecho, el peso en si es un valor absoluto que no estima ni masa muscular, ni ósea, ni grasa. No habla de hábitos alimentarios, ni deportivos, ni cotidianos. Muchos centros de salud o profesionales de la salud tienen métodos “peso – centristas” sacan el foco en la salud física y mental de la persona y lo engloban alrededor de su peso. Además, muchas de estas recomendaciones están dadas desde prejuicios frente a personas gordas, sobreentendiendo que no entrenan, o que se alimentan mal sin realizar una anamnesis adecuada. Sin saber si hay una patología de base y sin saber la realidad actual de la persona que tienen en frente.
No nos olvidemos que tenemos el peso de ser “profesionales” es por eso que nuestro abordaje debe ser completo y adaptado a cada persona. Tenemos la responsabilidad de dar una respuesta de calidad.
Un abordaje diferente es tomarse el tiempo de hacer una adecuada entrevista a la persona para conocer sus hábitos y rutinas, y en base a eso, establecer objetivos den respuesta a lo que la persona fue a buscar al consultorio.
Deconstruir la imagen corporal es un trabajo de todos los días. Pero mas importante es un trabajo que tenemos que hacer en nuestros círculos mas cercanos, armar un ambiente mas ameno se hace desde el amor y la paciencia, en entender que nadie dice ni hace nada con maldad, pero es importante limitar o concientizar acerca de la importancia de las palabras y sus repercusiones.
Así como le hablamos a los demás, es la forma en que nos hablamos a nosotros/as. Mejorando nuestras charlas, mejoramos nuestra autoconversación de todos los días.