Partiendo de la pregunta qué es la Alimentación, podemos definirla como el proceso mediante el cual los organismos obtienen y consumen alimentos, proporcionando los nutrientes necesarios para el crecimiento, mantenimiento y funcionamiento adecuado del cuerpo. No se reduce simplemente a ingerir comida, sino que abarca el complejo proceso fisiológico y metabólico que transforma los alimentos en energía y nutrientes vitales para las funciones corporales; por estos motivos, su gran importancia.

A menudo, comparo la alimentación con el combustible necesario para los vehículos o las máquinas: la calidad del combustible impacta directamente en su rendimiento. De manera similar, nuestra salud, energía, peso y estado de ánimo dependen de una alimentación adecuada desde los primeros momentos de la vida. No me refiero a “dietas” o “alimentos prohibidos”, sino a una “Alimentación Consciente” que considera los nutrientes y las cantidades adecuadas, tanto para adultos como para ¡NIÑOS! ¿Por qué lo destaco?, porque esto debe llevarse a la práctica desde los primeros años de vida. 

La nutrición saludable desde la infancia es un pilar fundamental para un desarrollo integral y una vida saludable a lo largo del tiempo. Los esfuerzos para promover hábitos alimenticios adecuados desde una edad temprana tienen un impacto significativo en la salud y el bienestar a lo largo de toda la vida, ya que si un niño se acostumbra a consumir una variedad de alimentos nutritivos y equilibrados, es más probable que continúe con ese patrón alimentario en el futuro.

Y, ¿Cómo influye la alimentación en la infancia? Frecuentemente se asocia con el peso, pero su importancia va más allá:

• Asegura un crecimiento y desarrollo óptimos, fundamental para el máximo potencial genético en términos de estatura, peso y desarrollo cerebral.
• Fortalece el sistema inmunológico, brindando protección contra enfermedades a largo plazo.
• Contribuye al desarrollo cognitivo, al proveer nutrientes esenciales para el cerebro.
• Reduce el riesgo de enfermedades crónicas, como obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
• Impacta en la salud mental y emocional, mejorando el estado de ánimo y la concentración.
• Establece hábitos alimenticios saludables que perduran en el tiempo si se introduce una variedad de alimentos nutritivos desde la infancia. 

Debido a esto, se puede observar que una alimentación consciente y equilibrada no solo es esencial para el funcionamiento diario del cuerpo, sino que también impacta de manera significativa en la salud a largo plazo y en la calidad de vida en general. 

En ocasiones, las personas buscan la ayuda de un nutricionista para mejorar su peso, su composición corporal o tratar una enfermedad. Sin embargo, el rol del profesional también implica enseñar a alimentarse adecuadamente. 

Desde mi perspectiva, es fundamental priorizar este aprendizaje, y creo firmemente que cuanto antes se adquiera, mejores serán los resultados. En muchos casos, esta acción temprana puede prevenir futuras consultas médicas por problemas ya arraigados. Considero que una alimentación saludable desde la infancia representa una inversión esencial para asegurar un futuro más saludable y próspero.

Escrito por: Lic. Andrea Torreblanca (M.N. 11353)

– Baker J, DeWekker M, Singer L, Sudarsanam A., “Nutrition in early life and the programming of adullt disease: a review”, PubMed (2015) 

– Koletzko B, Brands B, Poston L, Godfrey K, Demmelmair H. – “The importance of early nutrition for lifelong health” PubMed (2015) 

– Mataix Verdú J., “Nutrición y alimentación Humana I”, 2daEd.(2021)